Existe un puente entre nuestro cuerpo,su expresión y nuestro sufrimiento psíquico. Aprender a hacer foco en el registro del cuerpo facilita el abordaje de nuestra subjetividad en el espacio terapéutico en busca de alivio frente a malestares que nos aquejan. El cuerpo nos ofrece desafíos para comprender que nos pasa. Sólo hay que aprender a leerlo. En psicodrama solemos hacer hablar a aquellas partes del cuerpo que pujan por darnos mensajes. Si tu espalda hablara, qué diría???
Apuntar a la concientización corporal y darle palabra a la dolencia representada en el cuerpo nos abre un camino para intervenir logrando, el paciente, comprender el sentido de su malestar como primer paso para desarticularlo.
